A nivel más específico se pueden encuadrar varios objetivos: desarrollar y potenciar las destrezas individuales, conseguir un efecto positivo a nivel psicológico y emocional, fomentar un estilo de vida saludable, estimular las relaciones e interacciones sociales entre las propias personas usuarias del centro, solucionar cuadros clínicos puntuales de cualquier índole, mantener a la persona en la mejor condición física posible y en el mejor estado de salud cardiovascular y respiratorio, etcétera.

Para conseguir todo lo anterior se llevan a cabo sesiones de entre 30 minutos y una hora, ya sea en el gimnasio de fisioterapia del centro, en las instalaciones de la residencia o en las propias habitaciones de los y las residentes; personalizadas para cada persona usuaria, una o varias veces a la semana, de forma individual o colectiva y apoyándose estrechamente en un trabajo trasversal con las terapias llevadas a cabo por el equipo multidisciplinar. Se desarrollan puntos tan importantes como el reclutamiento muscular, la activación y la tonificación muscular, la flexibilización del tronco y la caja torácica, mejora del equilibrio y la propiocepción corporal, reeducación de la marcha y control de caídas, mantenimiento, mejora o recuperación de los rangos articulares normales, mantenimiento o mejora de la función ventilatoria, higiene postural, normalización del tono muscular, tratamiento de procesos lesivos e inflamatorios, tratamiento y solución de edemas, favorecer una correcta vascularización global, reducir el estrés o ansiedad y mejorar la conciliación del sueño.